VENTAJAS DE LA CERÁMICA ROJA

Los ladrillos de cerámica roja ofrecen una combinación ideal de durabilidad, resistencia mecánica, y alta capacidad de aislamiento térmico y acústico. Son ignífugos, lo que mejora la seguridad en las construcciones, y su aspecto estético natural los hace versátiles para diferentes estilos arquitectónicos. Además, son sostenibles, ya que están hechos de arcilla, un material natural y renovable, con una baja huella ambiental. Requieren poco mantenimiento y, en caso de daños, se pueden reparar fácilmente, lo que los convierte en una opción confiable y duradera para la construcción.

MATERIAS PRIMAS NATURALES

El componente principal de los productos cerámicos es la arcilla, que se encuentra en la naturaleza de forma abundante, básicamente inagotable desde el punto de vista geológico.

FRABRICACIÓN EFICIENTE

En los últimos años, los fabricantes han realizado fuertes inversiones para conseguir una reducción progresiva del consumo de energía, y en consecuencia de las emisiones, creando un proceso productivo energéticamente más eficiente, a través de la utilización mayoritaria de gas natural como

fuente de energía, así como con la introducción de mejoras en la tecnología y en el control de secaderos y hornos.

El proceso productivo también es eficiente en el uso de materias primas al caracterizarse por el bajo consumo de agua y el escaso desperdicio de material cerámico.

AISLAMIENTO TÉRMICO Y EFICIENCIA ENERGÉTICA

El aislamiento y la inercia térmica de la envolvente del edificio incide directamente en el confort del usuario en su interior, así como en la demanda energética de calefacción y refrigeración durante la vida útil del edificio.

SEGURIDAD PARA LOS USUARIOS

Las soluciones constructivas cerámicas presentan un excelente comportamiento frente a incendios. Además, los productos cerámicos se clasifican en cuanto a la reacción al fuego como Euroclase A1, la mejor categoría posible para un material, lo que supone que en caso de incendio no producen llamas, ni humos, ni gases tóxicos.

 

Las paredes de ladrillo presentan una gran resistencia a impactos y una solidez y resistencia estructural que hace que sea prácticamente imposible atravesarlas, garantizando la seguridad frente a robos. Además, son capaces de soportar cargas suspendidas pesadas (muebles de cocina, estanterías, etc.) sin necesidad de emplear refuerzos o fijaciones especiales, con el consiguiente ahorro y tranquilidad para los usuarios.

 

Las fachadas y cubiertas cerámicas dan lugar a envolventes con un excelente nivel de protección frente a los fenómenos meteorológicos como viento, lluvia o nieve. Su robustez y estanqueidad garantizan el confort y la seguridad de los usuarios en condiciones climáticas adversas.

AMBIENTE CONFORTABLE Y SALUDABLE

Las paredes de ladrillo ofrecen elevadas prestaciones de aislamiento acústico, ayudando a reducir la transmisión de ruido al interior de la vivienda.

Los productos cerámicos tienen un excelente comportamiento frente a la humedad, ya que, por un lado, su porosidad les permite absorber la humedad del aire cuando la humedad relativa es alta y liberarla cuando el aire interior se vuelve más seco, y por otro lado, la presencia de agua no altera sus propiedades.

 

No emiten sustancias tóxicas a la atmósfera interior del edificio, como compuestos orgánicos volátiles (C.O.V.). Por ello, contribuyen a que la vivienda goce de una calidad del aire interior saludable.

ECONOMÍA CIRCULAR: REUTILIZABLES Y RECICLABLES

A pesar de la larga vida de los edificios construidos con productos cerámicos, a veces dichos edificios se demuelen antes del final de su vida útil. Cuando esto ocurre, los productos

cerámicos vistos pueden recuperarse y reutilizarse.

La Lista Europea de Residuos (LER) clasifica a los residuos de construcción y demolición cerámicos como inertes y no peligrosos, por lo que son altamente reciclables, en diferentes usos como: material de relleno y estabilización de carreteras, áridos para hormigón y morteros, tierra batida en pistas de tenis o substrato de plantas.

Como los productos cerámicos son inertes y no alteran la calidad del agua, permiten el aprovechamiento del agua de lluvia. Así, en las cubiertas de teja se pueden emplear sistemas de drenaje para recoger y almacenar el agua de lluvia para su posterior uso.